EL TRIBUNAL DE CRISTO Leonard Ravenhill

UN VIDEO DE ALEX FIGUEROA
Comparto con uds. este video, que nos recuerda la realidad de que toda obra será llevada a juicio, y que debemos vivir con la convicción de que cada acto y cada pensamiento lo estamos haciendo ante un Dios que todo lo sabe y lo escudriña hasta lo más profundo.

"Si ante el Señor están el sepulcro y la muerte,
¡cuánto más el corazón humano!" Pr. 15:11

Dios tenga misericordia de cada uno de nosotros y nos transforme día a día en nuevas criaturas.
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Video originalmente subido por braveheartedthots, y corresponde al audio de el presente video. Las imágenes y los subtítulos corren por mi cuenta. Toda la gloria sea para nuestro Dios.


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PELICULA COMPLETA "EL QUE CAMBIA LOS TIEMPOS"


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UN AGRADECIMIENTO ESPECIAL A CRISTIANO HOY

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PROSPEROS COMO ABRAHAM


Mientras discutíamos acerca de la doctrina de la prosperidad con un pastor de palabra de fe en un restaurante, le comenté: —Yo no puedo juzgar que un hermano en la fe esté en pecado solo porque sea pobre. El pastor aludido tranquilamente me contestó: —Pero yo sí.
Su respuesta tan confiada me hizo captar que no tenía intenciones de aparecer como juzgando a nadie. Para él solo era un hecho obvio basado en las premisas de su mensaje de fe. Entonces, añadió:
—Verá, la Biblia nos dice que todos somos hijos de Abraham por la fe en Cristo. Él era un hombre rico, así que si nosotros no lo somos, es por causa de nuestra propia falta de fe.
Si hay alguna verdad en esto, debemos investigarla: muchos desean ser ricos y si Dios ha revelado un plan para llegar a serlo, debemos descubrirlo.
Sin embargo, todos estos años viendo tantos caprichos espirituales en la escena evangélica han generado en mí el anhelo de analizar profundamente esta doctrina.
Así es como, después de haber leído unos cuarenta libros y publicaciones de los maestros líderes de la “FE,” he podido ver clara su posición, la cual es: A través del pacto con Abraham, tenemos acceso a riquezas que van más allá de nuestros sueños más fantásticos. No seremos únicamente prósperos, sino que tendremos más de lo que podríamos usar en nuestra vida. Nuestro único impedimento es nuestra falta de fe, según ellos.39
El Nuevo Testamento enseña que somos descendientes espirituales de Abraham a través de la fe en Cristo. En Gálatas 3:7 leemos: “Sabed, por tanto, que los que son de la fe, estos son los hijos de Abraham;” sin embargo, basar la doctrina de la prosperidad en esto es otra cosa. Los maestros de la prosperidad no han podido replicar a las siguientes objeciones:
Objeción # 1: El pacto abrahámico original no contiene promesa de riqueza material.
El texto del pacto se encuentra en Génesis 12 y es citado por Pablo en Gálatas 3:15-16. Al revisar sus términos originales, como constan en Génesis 12, vemos:


Y haré de ti una nación grande; y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré, y serán benditas en ti todas las naciones de la tierra.
Específicamente, los términos son:
1. Dios formará de Abraham una gran nación.
2. Dios bendecirá a quienes bendigan a Abraham y maldecirá a quienes lo maldigan.
3. Todos los habitantes de la tierra serán bendecidos a través de Abraham.
4. Dios engrandecerá el nombre de Abraham.
Notoriamente ausente es la mención de riqueza material. Pablo dijo en Gálatas 3:15: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. La doctrina de la prosperidad cae dentro de lo añadido, o sea precisamente se hace lo que Pablo dijo que no se hiciera.
Objeción # 2: Abraham ya era rico antes del pacto con Dios.
Esta es la prueba contundente de que la riqueza de Abraham no tenía nada que ver con el pacto. Al seguir su trayectoria desde Génesis 11, vemos que se traslada a Harán, donde muere su padre Taré. Luego, ya realizado el pacto en Génesis 12:1-3, Abraham toma a su esposa y a su sobrino Lot y “todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán.” Las “personas adquiridas” eran evidentemente esclavos que habían comprado. Los pobres no podían poseer esclavos, pues estos eran costosos. No se sabe cuántos esclavos tenía Abraham, pero cuando tuvo que ir a rescatar a Lot, acudió con 318 hombres, todos criados suyos. Cuando llegó a Canaán, hubo allí una gran hambruna y, sin posibilidad de establecer ningún negocio, bajó a Egipto. A pesar de esta clara cronología bíblica, los maestros de la prosperidad insisten en sostener que Abraham fue rico gracias al pacto con Dios.
Objeción # 3: En el Nuevo Testamento siempre se define al pacto a nivel espiritual y no material.
Pedro se refiere al pacto como el perdón de pecados en Hechos 3:25-26; mientras que en los capítulos 3 y 4 de Gálatas lo relaciona con la promesa del Espíritu a través de la fe. El discurso de Pablo acerca de la justificación por la fe de Romanos 4, se basa en este pacto. El escritor de Hebreos sostiene en el capítulo 6, que el pacto significa nuestra seguridad en cuanto a ser salvos. Todos estos textos se refieren al pacto en términos espirituales y no en referencia a riquezas materiales.
Si Dios hubiera querido revelarnos cómo podemos obtener riquezas materiales por medio del pacto, habría inspirado a todos esos autores para que así lo manifestaran.
Objeción # 4: No hay tal cosa como las llamadas “bendiciones de Abraham.”
Una cuidadosa investigación en la concordancia revela que no existe tal frase en la Biblia, más parece ser que se ha divulgado justamente por las prédicas de este Movimiento de la prosperidad y algunos cantos.
Lo más cercano a la frase que se encuentra en la Biblia está en Gálatas 3:14: “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”
Nótese que la palabra “bendición” se halla en singular, y no como se ha divulgado:
“Bendiciones,” en plural. Esta bendición es definida por Pablo como la promesa del Espíritu, así que nadie puede confundir que se refiere a otra cosa.
Algunos maestros han sostenido que se trata de una bendición, pero con varios aspectos, dentro de los cuales estaría la riqueza material.40 Pero no encontramos ninguna confirmación de este punto de vista en todo el Nuevo Testamento. La bendición no es del tipo material, es bendición espiritual, y puede resumirse en una palabra: salvación.
Objeción #5: El pacto fue irrelevante en ciertos aspectos de la vida privada de Abraham.
Un contrato humano puede diferir de otros aspectos de la vida personal. No todo lo que Abraham haya dicho o hecho en su vida, está conectado con su pacto con Dios. Por ejemplo, Abraham tomó a Hagar como su concubina, también mintió a Abimelec acerca de Sara; pero, ¿son o estuvieron esos eventos relacionados con el pacto?
No se menciona en ninguna parte del pacto los derechos del concubinato, ni que el término “bendición” fuera un cheque en blanco para todo lo que se le viniera en gana. Aceptado esto, la cuestión de su situación económica es igualmente irrelevante. El estilo de vida de cada persona puede estar rodeado de circunstancias irrelevantes a un contrato realizado por ella misma. Se debe reclamar respuestas a los maestros de la prosperidad en cuanto a por qué excluyen el concubinato del pacto, y por qué incluyen la riqueza.
El pacto con Abraham
Varios maestros de la prosperidad están conscientes de estos vacíos en su teología, por lo que han tratado de parcharlos con algún método ingenioso.
Un tipo de parche es cuando añaden la ley de Moisés a manera de extensión del pacto Abrahámico y luego citan las bendiciones de Deuteronomio 28:3.41.
Esos maestros ni siquiera intentan demostrar en esto ningún fundamento teológico, optan por solo declararlo así. Uno de esos maestros incluso proclama la ley de Moisés como los “artículos” del pacto de Abraham. Otros afirman que la totalidad de la ley de Moisés fue el resultado del pacto de Dios con Abraham.
¿Acaso se nos enseña en el Nuevo Testamento que estos dos pactos puedan ser indistintamente mezclados entre sí? Vamos a Romanos 4:13-14: Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
Pablo enseña que nuestra fe resultaría vana y el pacto de Abraham anulado, el instante en que se intentara juntar la fe con el pacto. El grado en que intentemos hacer tal mezcla indica la medida de nuestra inmadurez teológica. Este punto es el tema central de Gálatas.
Pablo además ilustra bellamente este punto en el capítulo 4 de Gálatas, poniendo el ejemplo de Sara y Hagar; leamos: Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos… más, ¿qué dice la Escritura? Echa afuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre (vv. 21-24 y 30).
Sara representa al pacto abrahámico, el cual a su vez simboliza la salvación por gracia. Hagar representa la ley de Moisés y, ¿qué concluye Pablo acerca de estas dos? Concluye que así como Sara y Hagar no podían llevarse entre sí, tampoco podemos mezclar los dos pactos. ¿Por qué? Porque las dos mujeres eran enemigas mortales por la naturaleza de su relación diferente con Abraham. Pero, siguiendo el razonamiento, ¿por qué difieren tanto si ambos pactos vienen de Dios? La doctrina de la prosperidad usa este último razonamiento para cimentar su afirmación de que la ley es meramente una extensión del pacto abrahámico. Hay que observar que las dos mujeres vivieron bajo el mismo techo y ambas tuvieron un hijo de Abraham. Cada una tuvo su propia e independiente relación con él; sin embargo, debido a la naturaleza del pacto, no podían relacionarse entre ellas, como afirma la Escritura: No heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. Por eso, Hagar fue echada al desierto. La conclusión es que Dios efectuó dos pactos, cada uno independiente del otro y con dos motivos diferentes, pero NO relacionados entre sí.
Varios maestros de la prosperidad han tratado de evitar esta línea argumentativa afirmando que Cristo nos redime de las maldiciones de la ley, pero deja intactas las bendiciones. Y para ello citan Gálatas 3:13: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición.
Esta es una interpretación errada pues el texto se parafrasea subjetivamente: al leer las palabras “maldición de la ley,” las cambian un poco para que lean: “las maldiciones que son bajo la ley.” Pablo no se refiere a las maldiciones específicas que se encuentran en la ley mosaica, sino a todo el cuerpo de tal ley.
El contraste no es entre bendición y maldición, sino entre los dos pactos que cada una representa. Nada que se encuentre en la ley mosaica corresponde a algo del pacto abrahámico, ya que la ley en sí es la maldición, pues así terminó siéndolo para los judíos, al condenarlos indefectiblemente. Dios quiso que así sucediera para que los judíos pudieran reconocer su pecado y buscaran al Salvador prometido.
El contexto de Gálatas 3 carga esta interpretación. Los maestros de la prosperidad parece que no vieran el versículo 12, que dice: “y la ley no es de fe.” Entonces, si la ley no tiene nada que ver con la fe, ¿cómo se la vincula con el pacto de Abraham? Pablo continúa así: “el que hiciere estas cosas, vivirá por ellas,” es decir que si queremos vivir bajo la ley, deberemos vivir bajo su totalidad.
Este principio se aclara cuando analizamos el capítulo 28 de Deuteronomio: Un día, Moisés se presenta ante el pueblo y empieza a resumir los mandamientos de la ley. Lo que empieza en el capítulo 1, versículo 6 continúa ininterrumpidamente por 32 capítulos más. El 28 es parte de esta cita y contiene las bendiciones resultantes del cumplimiento de las leyes.
La condición era que Israel recibiera todos los mandamientos que Moisés les entregara ese día.
Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra (Deuteronomio 28:1).
¿Cuáles son tales mandamientos? Entre otros: sacrificios de animales, matrimonio con la viuda del hermano, días de fiestas, circuncisión, restricciones en la dieta, asesinato de enemigos, etc. ¿Nos sujetaríamos a todas esas condiciones?
En contraste, Abraham no hizo nada que le mereciera las promesas de bendición. La gracia fluyó libremente de la voluntad divina, no de la de él.
Pero los problemas no terminan allí. Los mensajeros de la fe son muy intransigentes cuando afirman que la Iglesia es la heredera de las promesas a Israel bajo la Ley. Esta es una parte necesaria de su teología.
Sin embargo, este es un asunto teológico muy sensible pues muchos eruditos evangélicos rechazan el punto de vista de que la Iglesia hereda las promesas dadas a Moisés, porque existe fuerte evidencia bíblica que lo contradice.
Esto último no ha servido para disuadir o detener a los maestros de la fe en ninguno de sus argumentos. Parece que sienten que han descubierto una pista especial dada secretamente por el Espíritu, por la cual se hace innecesario todo conocimiento cabal de la Biblia, razonamiento o evidencia teológica. Y, ¿cuál es ese algo especial? Ellos lo llaman “Conocimiento revelado,” es decir que el Espíritu les ha revelado ciertas cosas y todos debemos creer lo que dicen como revelación divina.
Ante lo dicho debemos ver algunas realidades de la Palabra:
A. El escritor de Hebreos sostiene que las promesas dadas bajo la ley de Moisés son inferiores a las que tenemos ahora. En Hebreos 8:6-13 se lee: “[Cristo] es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.” Luego cita de Jeremías 31:31-32, en donde se explica cómo Dios intenta abolir el pacto que hiciera con Moisés cuando los sacó de Egipto. El pacto en su totalidad es abolido porque es inferior. Deuteronomio 28 es parte de ese convenio. Nos queda preguntar ¿por qué citar promesas inferiores de un pacto ya abolido?
B. El cuerpo de Cristo no es una extensión de Israel, sino más bien “un nuevo hombre” de acuerdo con Efesios 2:12-22. Es una especie de ser radicalmente nueva, un organismo vivo que no es ni judío ni gentil. Es la Iglesia.
C. Estamos cimentados en un pilar diferente que Israel: edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesucristo mismo, Efesios 2:20.
La promesa hecha a Abraham fue tan incondicional como la salvación representada por ella. De ahí que los dos pactos no se pueden mezclar. Sus cimientos son diferentes y se excluyen mutuamente.
Mas sus descendientes no entendieron este principio Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios (Romanos 10:2-3).
El peligro de la doctrina de la prosperidad es que guía a sus seguidores a la misma pobre perspectiva espiritual que encegueció a los judíos, la que les impidió ver la gracia divina; todo lo anterior lleva a un grado de orgullo espiritual que hace imposible el ejercicio de la fe genuina.
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ESCLAVO DE CRISTO

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¿Es bíblica la teología de la prosperidad? Parte II Por Juan Stam

Tomado de www.biblia.com
Algunos ejemplos de la interpretación bíblica en esta teología: Una prueba decisiva de la validez de cualquier orientación teológica es su capacidad de inspirar interpretaciones fieles y edificantes de la palabra de Dios. Según todas las normas de sana interpretación, la teología de la prosperidad sale muy mal ante este criterio. Como enfoque hermenéutico, esta teología se ha mostrado muy fecunda y productiva… ¡de pésimas interpretaciones bíblicas! Veamos algunas pocas de ellas:
(1) Fundamental a la teología de la prosperidad es “la ley de la siembra y la cosecha”. Un predicador en Enlace, dejando caer su Biblia sobre el púlpito, comparó la ley de la siembra con la de la gravitación. Tal “ley” no tiene base en el sentido del texto. En primer lugar, 2 Cor 9:10 no plantea una ley sino una analogía agrícola de un principio muy general, que tiene muchas excepciones en la agricultura (cuando falla la cosecha). En segundo lugar, esta interpretación impone sobre el texto un concepto moderno de “ley” totalmente ajeno a la mentalidad antigua. En tercer lugar, el texto no tiene nada que ver con diezmos ni tampoco con una especie de regateo con Dios. En cuarto lugar, Pablo no está pidiendo dinero para sí mismo ni para la iglesia sino para los pobres de Jerusalén. Y en quinto lugar, todo el pasaje se inspira en el ejemplo de Jesús que se hizo pobre para enriquecer a otros (2 Cor 8.9).
De esta ficticia “ley” se sacan conclusiones como que “si no hay semilla, no hay milagro” o que “hay que amarrar la visión con una ofrenda”. ¿Donde enseña la Biblia que nuestras ofrendas “amarran” algo? Todo este juego hermenéutico es una orgía de especulación.

2) El irrespeto al texto bíblico se reveló recientemente (Enlace, 7 agosto 2009) cuando se presentó como traducción de Mt 19:21 (Mr 10:21; Lc 18:22) “Vende lo que te sobra”. Mateo dice “vende lo que tienes”, no “lo que te sobra”, y Marcos y Lucas lo amplían en “vende todo lo que tienes”. ¡Qué manera de acomodar el texto a nuestros intereses y preferencias! En esa hermenéutica, el texto tiene que significar lo que yo quiero que signifique.
(3) Los predicadores de la prosperidad suelen suponer, gratuitamente, que la interpretación de ellos es la única posible, de modo que no aceptar esa interpretación es no creer la Biblia: “Algunos dicen que la ofrenda no tiene nada que ver con el milagro. ¿No leen ellos la Biblia? Siempre el altar produce el milagro”. En un comentario sobre la frase “todas estas cosas os serán añadidas” (Mat 6:33; Lc 12:31), interpretada como una fórmula mecánica para la riqueza, sin excepciones, un predicador en Enlace se permitió decir, “si esto no se cumple, entonces Jesús mintió”. No tomó en cuenta la tendencia antigua de declarar algo sin mencionar las posibles excepciones. Entonces, en realidad su comentario significaba, “Una de dos: o mi interpretación literalista e incondicional es correcta, o Jesús está mintiendo”. Además, en todo este pasaje (Mat 6:24-34) Jesús condena el afán por las cosas materiales en vez de una tranquila confianza que el Señor proveerá todo lo necesario para una vida digna y honrosa. Es un pasaje muy incómodo para la teología de la prosperidad.
(4) Ante la actual crisis de Wall Street, algunos (Rony Chávez, Enlace, 11.15.08) han apelado al éxodo para inventar una teoría de “la transferencia de riqueza”. Según Chávez, textos como Ex 3:22 y 35:36 significan que “la riqueza que los mundanos han perdido en los casinos, cambiará de manos, porque es tiempo de transferencia”. ¡Cualquier teología capaz de producir tan mala exégesis, no es digna de ser creída!
(5) Frases bíblicas como “serás cabeza y no cola” o “Fui hecho para estar arriba”, fuera de contexto, fomentan ambiciones personales carnales. ¿Si estamos “arriba”, entonces, ¿encima de quién? ¿Quienes, en ese plan, deben estar “abajo”? Es cierto que somos hijos e hijas del Rey, pero el rico no es más “hijo” que el pobre, ni ser hijo de Dios significa necesariamente ser próspero materialmente.
(6) Contra toda la evidencia bíblica, estos predicadores pretenden probar que Jesús era acomodado económicamente. Un argumento favorito de ellos es que Jesús poseía una túnica sin costura, “de un solo tejido de arriba abajo” (Jn 19:23). La frase de Juan aquí no tiene la menor intención de indicar que Jesús era rico, sino que los soldados estaban cumpliendo la profecía de Sal 22:18. Raymond Brown, en su clásico comentario del cuarto evangelio (Tomo 2, p.902), señala que “un vestido de ese tipono era necesariamente un lujo, pues un artesano sin ninguna pericia especial podría fabricarlo”. Además, los evangelios hablan de algunas mujeres que seguían a Jesús para atenderlo; lo más probable es que alguien le regaló esa túnica. Jesús y sus discípulos vivían de los donativos de algunas personas, básicamente como transeúntes fuera del sistema económico de su tiempo.
Abundan argumentos hasta estrafalarios para mostrar que Jesús no era pobre. Un defensor de esta teología ha argumentado que cuando bajaron al paralítico por el techo de una casa prestada, Jesús no se preocupó porque sabía que tenía recursos para reparar el techo.
¡El ejemplo de Jesús es la refutación más contundente de la teología de la prosperidad!
(7) Otro índice de la fidelidad bíblica de una teología es la música que produce. Aun cuando se entiende la desesperación de personas muy pobres, el materialismo y el egoísmo de estos coros no es la respuesta:
“Tengo un Dios muy, muy grande,
me da todo lo que le pido”
“traigo una ofrenda de guerra para
deshacerme de ti” [Satanás]
“Que Dios te colme de bendiciones,
Que te de plata, pero en montones”
La teología detrás de esos coros sólo puede considerarse herética. De bíblico no tiene ni la “b”.
¿Es evangélica la teología de la prosperidad? Eso depende de cómo uno define el evangelio. Por un lado, esta teología es una nueva versión del “evangelio de ofertas” o de lo que Dietrich Bonhoeffer llamó “gracia barata”. Ofrece prosperidad pero sin discipulado radical ni misión integral. Ofrece la “buena nueva” de una mejor condición económica, pero cuando no llega la prosperidad que se prometió y la semilla no da cosecha, esta teología resulta cruel, por la decepción que produce y el sentido de culpa por una supuesta falta de fe.
Por otro lado, esta teología se basa en el legalismo más estrecho y limitado en la historia del cristianismo. La imperativa exigencia que impone es muy sencilla: el deber ineludible de ofrendar. En ese reduccionismo se parece al fundamentalismo de inicios del siglo XX, cuya ética se reducía a unas cinco prohibiciones. Esta teología, en cambio, casi no tiene prohibiciones sino un solo mandamiento. Es un reduccionismo monetario.
¿Es teología la teología de la prosperidad? Aunque se ha dado en llamar “la teología de la prosperidad”, este movimiento en realidad no tiene nada que se parezca a una teología. Una teología busca integrar el sentido de la fe ante la palabra de Dios y los desafíos de su época. Quizá por no tener pensadores capaces de emprender esa tarea, o por estar tan ocupados en el activismo de sus seminarios y campañas y programas de radio y televisión, no parecen haber pensado en la coherencia de su fe cristiana en torno al eje que ellos han escogido. No han podido reinterpretar y aclarar significativamente, desde el enfoque de la prosperidad, ni la doctrina de Dios, ni de Cristo, ni de la iglesia, ni de la escatología, ni de ningún otro tema. Tampoco han podido elaborar una hermenéutica sensata para defender sus interpretaciones. Lo único que han ofrecido es una ensalada de textos escogidos y un proyecto financiero. Si eso es teología, es más estéril que una mula.
Conclusión: Con dolor y pena por nuestra comunidad protestante, tenemos que reconocer que la “teología de la prosperidad” no es ni bíblica ni evangélica, ni aun es teología. A los que amamos a las escrituras y a la iglesia, esta realidad debe llamarnos a mucha y muy ferviente oración.
******************
[P.d. Sugerencia de ministerios que merecen nuestras ofrendas: Además de un financiamiento razonable y responsable de la congregación local, y la ayuda generosa a los necesitados (especialmente familiares), hay ministerios cristianos que necesitan y merecen nuestro apoyo económico. Uno es Sociedad Bíblica en cada país (para Costa Rica, en Plaza Víquez) y otro es "Estudiantes Cristianos Unidos" que realiza un ministerio admirable en los colegios y universidades. El Coordinador es Fernando Montero (estudiantescristianosunidos@ gmail.com), en Colombia es UCU (gracemorillo@ucucolombia.org), en Nicaragua es Freddy Javier Méndez (fredman777@hotmail.com) y así en casi todos nuestros países. Después hay ministerios responsables como Visión Mundial y otros parecidos. Cualquiera de esos es mucho más digno y responsable que enviar ofrendas a Enlace. Cuando vamos a "sembrar", hagámoslo en ministerios que glorifican al Señor.]
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¿Es bíblica la teología de la prosperidad? Parte I Por Juan Stam

Aunque la teología de la prosperidad ha tomado un auge fenomenal, especialmente en los medios televisivos y algunas megaiglesias, su interpretación bíblica ha sido muy puntual, sin formular sistemáticamente sus principios hermenéuticos, sus bases exegéticas ni su enfoque teológico. Tampoco han aparecido muchos análisis críticos de dicho movimiento. Este ensayo no será más que un primer paso en ese proceso tan urgente y necesario.
Algunos principios hermenéuticos: Una regla fundamental de la fiel interpretación bíblica es la de buscar el significado original del mensaje, o sea, lo que el autor inspirado quiso comunicar y lo que los primeros receptores hubieran entendido. Desde ese mensaje en su contexto antiguo, y sólo desde ese mensaje, podemos proceder a buscar el mensaje para hoy. Eso se llama “pensar bíblicamente”, pensar “junto con” los autores y lectores antiguos. Es una falacia trasladar el texto directamente a nuestro contexto moderno. Ahí comienza el problema con los predicadores de la prosperidad: interpretan “prosperidad” en su sentido moderno económico, sin relación a su significado original. Los he escuchado también interpretar la palabra “ruina” sólo como la bancarrota o el desempleo. Cualquier estudio de los temas prosperidad, riqueza y pobreza en el pensamiento bíblico puede demostrar cuán alejados andan del pensamiento bíblico, cuando para ellos “prosperidad” significa sólo tener casa lujosa, empresa privada exitosa o un carro del último modelo.

Aquí es necesario reconocer una característica del pensamiento antiguo muy diferente a nuestra manera moderna de pensar. Ellos solían expresar un principio general, sin explicitar las posibles excepciones pero dándolas por sentadas. Es muy claro el caso de la profecía que Dios dio a Jonás: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida” (Jon 3:4), así de categórico, sin condiciones ni excepciones. Pero Nínive se arrepintió y no fue destruida, muy al disgusto de Jonás mismo. Parecido pasa con el sexto mandamiento, “no matarás”, que parece ser incondicional y sin excepciones, pero en otros pasajes Dios mismo manda la pena capital (Ex 9:6) y, muchas veces, manda la guerra (cf. Stam, “La Biblia y la violencia”). Para un caso del Nuevo Testamento, “el que creyere y fuere bautizado será salvo” (Mr 16:16); sin embargo, el malhechor penitente fue salvo sin ser bautizado. Por eso, cuando el primer salmo declara que “todo lo que hace, prosperará”, afirma una verdad básica pero presupone la posibilidad de excepciones. No garantiza que mi empresa tendrá éxito ni que mis inversiones en la bolsa no pierdan valor. Veremos más adelante lo peligroso de absolutizar algunas declaraciones bíblicas sin tomar en cuenta la posibilidad de excepciones.
Para ser bíblica y fiel, una teología debe afirmar “todo el consejo de Dios” (Hech 20:20,27) y no basarse en algunos versículos aislados sin tomar en cuenta otras evidencias bíblicas. Muchas herejías nacen por tomar una verdad bíblica unilateralmente y exagerarla fuera de proporción. Los Testigos de Jehová toman la enseñanza bíblica que Dios es uno para negar la verdad correspondiente de la triple distinción personal dentro de la deidad (la trinidad). Una de las primeras herejías en la historia cristiana, que 1 Juan 4:3 llama “el espíritu del Anticristo”, consistía en afirmar unilateralmente la deidad de Jesucristo, negando su plena humanidad. La sana doctrina respeta la diversidad de la enseñanza bíblica en muchos de sus temas.
El enfoque bíblico sobre la riqueza y la pobreza: Una consideración de toda la enseñanza bíblica sobre la riqueza y la pobreza deja muy claro que un evangelio “prosperidad-céntrico” es un evangelio excéntrico y falso (ver nuestro blog “Algunos evangelios que no son”, 7.9.07). Aunque hay versículos aislados sobre la prosperidad material, ese tema está lejos de ser el enfoque central bíblico sobre este tema. El gran énfasis bíblico no cae en la acumulación egoísta de bienes sino en la solidaridad con los necesitados (ver “El Año de Jubileo” I-III, 12.18.07; 4.8.08; 3.18.09). Si Dios nos bendice, es para bendecir a otros, a manos llenas (Gén 12:2-3; cf Dt 15:10,13-14). La Biblia reconoce la existencia de la pobreza, no sólo ni primordialmente como consecuencia de pecados ni de falta de fe, sino como un llamado a la solidaridad. Dios mismo se declara el Dios de los pobres, las viudas, los huérfanos y los forasteros. Uno de los grandes problemas del pensamiento bíblico es la prosperidad de los malos y la pobreza de los justos (Jer 12:1; Lam 1:1; cf Salmo 37:7; 73:3). La riqueza no es siempre premio de la fe y la santidad, ni la pobreza es siempre resultado de pecado o falta de fe.
La teología de la prosperidad debe tomar más en serio las palabras tajantes de Jesús, “Bienaventurados vosotros los pobres… Mas ¡Ay de vosotros, ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo” (Lucas 6:20,24; incluso los que se enriquecen con la teología de la prosperidad). Cristo reconoció a menudo lo difícil que era para un rico entrar al reino de Dios: Mt 13:32 (Mr 4:19; Luc 8:14), Mt 19:23-24 (Mr 10:23-24; Lc 18:24); compárense también Lc 1:53; 16:19-21; 18:23-25.
Cuando Cristo quiso actualizar para su época la radical disyuntiva de Elías (1 Reyes 18:21, o Baal o Jehová pero no los dos), él escogió precisamente la avaricia como la idolatría más típica del ser humano: “Ninguno puede servir a dos señores… No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt 6:24; Lc 16:13). En el mismo sentido, San Pablo denuncia “la avaricia, que es idolatría” (Col 3:5). Jesús se hizo pobre para hacernos ricos y dispuestos a ayudar a los necesitados (2 Cor 8-9; ). Todos estos textos bíblicos no deben neutralizarse por racionalizaciones atenuantes.
Los profetas del Antiguo Testamento atribuyeron la pobreza no al pecado del pobre ni su falta de fe sino a la injusticia de la sociedad. Al decir “siempre tendréis pobres con vosotros” (Mt 26:11; Mr 14:7; Jn 12:8), Jesús ni aprueba la pobreza ni culpa a los pobres. Está citando a Deut 15:11, que llama a los fieles a la constante solidaridad generosa con los necesitados El mensaje central de la Biblia no es, ¡jamás!, cómo llegar algunos a ser ricos en medio de la miseria de otros, sino como actuar personal y socialmente para que todos vivan dignamente.
— La segunda parte de este mensaje se publicará mañana —
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EL MENSAJE OLVIDADO DE JESUS

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ABANDONADOS POR DIOS John MacArthur





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CRISTIANISMO EN CRISIS




Desde el comienzo de este proyecto me día la tarea de buscar el mejor material que fuera para la sana edificación de los lectores que nos visitan, por ese motivo en el BOX (que esta en el lado derecho) incluí un libro que se llama "CRISTIANISMO EN CRISIS" de Hank Hannegraff, (puedes descargar el libro completo GRATIS) este libro cuando salio a su venta fue un éxito, pero POR EL MENSAJE QUE CONTIENE EN DONDE EXPONE DE UNA MANERA SABIA Y CON AMOR LAS GRANDES HEREJÍAS Y DESVIACIONES DEL CRISTIANISMO ACTUAL, CON LAS SUBSECUENTES AMENAZAS ESTE LIBRO FUE RETIRADO DE LAS LIBRERÍAS, HOY NO SE PUEDE ENCONTRAR. PERO GRACIAS AL SEÑOR Y A SU MISERICORDIA PODEMOS TENER UNA COPIA, DESCARGA, DISFRUTA Y APRENDE. también dejo un audio del Hno. Rafael Hernandez.
Bendiciones.


Amen
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CASTILLO FUERTE ES NUESTRO DIOS

ESTE HIMNO ES REFRESCANTE PARA EL ESPIRITU, QUE LASTIMA QUE YA NO SE CANTEN TANTO, INCLUSO EN IGLESIAS NI SIQUIERA LOS CONOCEN PERO ESTE TIPO DE MUSICA EDIFICA AL ESPIRITU, QUE LO DISFRUTEN


GRACIAS SEÑOR
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LAS 95 TESIS DE LUTERO ACTUALIZADAS SOBRE EL AVIVAMIENTO

CUANDO LEEI ESTE MATERIAL ACERCA DEL AVIVAMIENTO ME IMPACTO
DISFRUTENLO PARA TODOS LOS QUE LO BUSCAN
Tomado de www.tiempospeligrosos.com la pagina de los Pastores de Guadalajara


X) (95 Tesis) Sobre avivamiento

X) Sobre avivamiento

84. Un avivamiento consiste en un regreso de la iglesia hacia su estadohttp://www.veritas.com.hr/slike/3slavno.jpg original, como fue diseñado por Dios y está descrito en el libro de Hechos y las cartas de los apóstoles.
85. Un avivamiento es obrado por Dios, no por los hombres. A los hombres (incluido los líderes más influyentes) nos corresponde someternos al mover de Dios, no mandarle como El debe moverse.
86. Un avivamiento empieza con un arrepentimiento profundo dentro de la iglesia.
http://blogs.eldiariomontanes.es/blogfiles/guerraespiritual/aarrepentimiento1.jpgAvivamiento sucede cuando la iglesia se da cuenta de cuán lejos ha caído en comparación con la primera iglesia, y se arrepiente de su apostasía, y cuando primero los miembros de las iglesias se convierten de verdad y nacen de nuevo.

87. Los avivamientos históricos resultaron generalmente en reuniones grandes y emocionantes, conversiones de grandes multitudes, y una transformación de la sociedad entera. Sin embargo, todo esto son solo frutos posteriores de un avivamiento, pero no son su esencia. Su esencia es el arrepentimiento dentro de la iglesia, y el regreso de la iglesia hacia el estado primero como Dios lo diseñó.
88. Las iglesias evangélicas hoy, en general, o no buscan avivamiento https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBIE3iZQtF6X84t_yHAe5iDn7jm2VA2lIj9uq_dwDxAvW004jpnIgRu4KSC0Icw04s7dUAjuLlF34ji3PZs21xabJZ8ZWzrGUZmPa1SKa8GTM_dNOlMpYrI8g3fXOmTJAJ_Gr7sR5nucQ/s400/caida.jpgen absoluto, o tienen un concepto errado de ello.
Muchos confunden “avivamiento” con sucesos externos, con eventos organizados, con planes de crecimiento de iglesias, con un estilo particular de alabanza, etc. – mientras nada de esto tiene que ver con un verdadero avivamiento. Aun más errados están aquellos que creen que un avivamiento se conformará a los moldes y las tradiciones de su propia denominación particular.
Por tanto, estas iglesias están en un peligro muy grande de seguir tras un “avivamiento” falsificado, cuando este se presente.


89. Cada iglesia (entendida como organización humana) tiene la tendencia natural de enfriarse espiritualmente hasta apostatar de la fe. Las iglesias evangélicas hoy, en general, ya han avanzado peligrosamente en este camino del enfriamiento. Solo un avivamiento puede contrarrestar esta tendencia.
90. Las iglesias evangélicas de hoy, en general, se encuentran en un tal proceso de apostasía.
El proceso de apostasía como se observó en Europa después de pasar los efectos de la Reforma, sucede ahora en América en una forma paralela.
Sus pasos se pueden describir de esta manera:

· Ortodoxia muerta. Las iglesias tienen todavía la doctrina correcta, pero ya no tienen una verdadera experiencia con Dios; solo siguen rituales externos y caen en el tradicionalismo.

· Se cree que “los hijos de los cristianos ya son cristianos también”. Ellos son socializados en un ambiente cristiano y acondicionados a comportarse como cristianos, pero no son convertidos. (En esta etapa se encuentran actualmente muchas iglesias evangélicas en América)

· Puesto que falta la conversión verdadera, la fe no tiene efectos prácticos en la vida; entonces “niegan la eficacia de ella” (2 Tim.3:5).

· Paralelamente entra la teología crítica, que enseña que la Biblia puede contener errores y que sus verdades son solo relativas. (Esto también empieza a suceder en América, bajo el nombre de “ciencias bíblicas”.)

· Se enseña el universalismo (todos serán salvos), o que la salvación no importa o no es necesaria (secularismo); ya no se enseña la conversión.

· Se prohíbe enseñar la conversión; cualquiera que predica bíblicamente sobre conversión y nuevo nacimiento, es considerado hereje. (Esta es la situación actual de la mayoría de las iglesias reformadas en Europa, y del Consejo Mundial de Iglesias (Consejo Ecuménico). Las iglesias de América llegarán a la misma situación si Dios no nos concede un avivamiento.)

91. Los avivamientos históricos comenzaron en tiempos de “sequía espiritual”, cuando algunos cristianos verdaderos se juntaban para implorar desesperadamente a Dios por un avivamiento.
92. La tragedia de la iglesia evangélica de hoy consiste en que actualmente sufre de una tal sequía espiritual, pero no está consciente de ello, ni se arrepiente, ni clama por avivamiento (Apoc.3:1-2, 3:17-20).
http://elparche.files.wordpress.com/2008/11/lutero95tesis.jpg93 . Los avivamientos históricos comenzaron con grupos “avivados” dentro de las iglesias existentes; pero casi siempre fueron rechazados por las iglesias existentes, lo que llevó a conflictos y a la separación.
- Alguno ejemplos:

· Lutero intentó reformar la iglesia católica, pero fue excomulgado y se vio obligado a establecer una iglesia separada.

· Los anabaptistas desearon una reforma más radical, pero fueron perseguidos por los mismos reformadores y se vieron obligados a separarse de ellos.

· John Wesley fue ministro ordenado de la iglesia anglicana (una iglesia de la Reforma) y comenzó el movimiento metodista dentro de esa iglesia. Pero la iglesia rechazó sus métodos, y los metodistas tuvieron que establecerse como una iglesia separada.

· William Booth fue un predicador metodista quien tenía una carga muy fuerte por alcanzar a los pobres y marginados. Pero su iglesia le negó el apoyo, y él tuvo que fundar un movimiento nuevo, el Ejército de Salvación.

94. Las iglesias evangélicas de hoy, en general, están en el peligro muy grande de ser ciegos frente a un avivamiento genuino cuando se presente, y de rechazarlo porque no se ajustará a sus moldes denominacionales. Los protagonistas de un avivamiento venidero tendrán que contar con sufrir rechazo y hasta persecución de parte de los líderes de las iglesias evangélicas actualmente existentes.
95. El juicio de Dios comienza por su iglesia (1 Pedro 4:17).
En la situación actual, analizándola desde las Escrituras, tenemos que concluir que el juicio de Dios sobre la iglesia es inminente. Por el otro lado, Dios no quiere la muerte del impío (Ez.33:11); El quiere arrepentimiento y avivamiento. Pero todo depende de cómo responderemos nosotros, la iglesia, al llamado de Dios.


CONCLUSIÓN
Si estas observaciones son ciertas, entonces las iglesias evangélicas de hoy se encuentran a una distancia de miles de kilómetros de la iglesia primitiva. ¿Debemos simplemente conformarnos con esta situación y decir: “Así son los tiempos, y no podemos cambiarlo”? Mi respuesta es: ¡¡DE NINGUNA MANERA!!
“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese…” (Ez.22:30)
“Y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano, y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. – Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo…” (Ez.9:3-6)

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