LOS DARDOS DE SATANAS

Los dardos de Satanas

Por el Dr. Armando Alducin
(Efesios 6:16)

Los ataques de Satanás vienen en forma de aguijones o dardos. Los dardos continuos tienen el propósito de herir o pegarle al lugar donde habíamos sido debilitados anteriormente por aguijones previos. De esta manera, uno tras otro se va fortaleciendo o construyendo hasta poder derrumbar el blanco que se proponen.

Los dardos de Satanás vienen generalmente a través del siguiente orden:

1.-Desánimo
2.-Confusión
3.-Depresión
4.-Pérdida de Visión
5.-Desorientación
6.-Apartamiento
7.-Desesperación
8.-Derrota


Este proceso puede suceder rápidamente, como en el caso de Elías, pero regularmente trabaja lentamente, lo que lo hace más difícil el discernir. Cuando estos síntomas comienzan a trabajar en nuestra vida, debemos resistirlos hasta que se vayan. Si no lo hacemos, seremos nosotros los que nos encontremos huyendo, como Elías. El origen o la fuente de la hechicería en contra de nosotros no siempre se encuentra en cultos satánicos o en operaciones de la Nueva Era. Puede provenir de cristianos engañados, quienes de hecho, se encuentran orando en contra de nosotros en lugar de por nosotros. Existe poder en esto porque la Biblia dice que "lo que se ata en el cielo, se ata en la tierra" y viceversa.

SI LA INTERSECIÓN ES MOTIVADA POR UN ESPÍRITU DE CONTROL O MANIPULACIÓN, ES HECHICERÍA, Y SU PODER ES TAN REAL COMO LA MAGIA BLANCA.

Otras fuentes de la hechicería son la murmuración, los celos, la crítica, maniobras políticas, etc, y pueden tener efecto en nosotros ya sea que lo sepamos o seamos ignorantes de ello, por ejemplo: Si rehusamos ser manipulados por alguien que tiene un espíritu de control, pero nos resentimos o amargamos contra esa misma persona, entonces el enemigo puede causar que caigamos, que nos desanimemos, que nos desorientemos y que nos deprimamos. Somos derrotados por el enemigo cuando él hace que respondamos con otro espíritu que no sea el Espíritu Santo, cuyo fruto es amor, paz, gozo, etc. (St.3:14-18)

LA ESTRATEGIA DEL ENEMIGO ES APARTARNOS DEL FRUTO DEL ESPÍRITU Y QUE LE HAGAMOS LA GUERRA EN SUS TERRENOS.

Satanás no puede echar fuera a Satanás; el resentimiento no podrá echar fuera a Jezabel... ¡Sólo aumentará su poder! Esta es la razón por la cual la estrategia básica que debemos usar para ser libres del poder de la hechicería es BENDECIR A LOS QUE NOS MALDICEN (Mat.5:43-44; Rom.12:17-21) Esto no significa que bendecimos sus obras, sino que oramos a favor de ellos y no en contra de ellos. Si el enemigo logra que nos venguemos nosotros mismos, entonces ha logrado que seamos controlados por el mismo espíritu y que operemos en sus terrenos. No peleamos "contra carne ni sangre", sino que las armas de nuestra guerra tienen que ser espirituales (2Cor.10:2-4).

1.-DISCERNIENDO LOS DARDOS DE SATANÁS

(a).-El Desánimo: Todos nosotros, de ves en cuando, nos sentimos desanimados por diferentes circunstancias, y esto no quiere decir que sea el resultado de que alguien está usando hechicería en contra nuestra. Pero si comenzamos a sentirnos sometidos a un constante desánimo sin ninguna razón aparente, entonces debemos considerar a la hechicerìa como la posible fuente de nuestro malestar. Cuando todo parece que sale mal, cuando las dificultades parecen insuperables y comienzas a pensar que ya no vale la pena seguir, es probable que te encuentres bajo un ataque espiritual. La estrategia del enemigo para afligirte con el desánimo es para debilitarte con el siguiente ataque, que es...

(b).-La confusión: Otra vez, debemos ver por un "Espíritu de Confusión", sin ninguna causa aparente. Aquí comenzamos a perder nuestra claridad respecto a lo que fuimos llamados a hacer, lo cual debilitará nuestras decisiones. Esta confusión tiene como propósito aumentar nuestro desánimo en la obra del Señor para hacernos más vulnerables al próximo ataque…

(c).-La depresión: Este es un problema mucho más profundo que el simple desánimo. Este es un terror inconmovible y es el resultado de la combinación del desánimo y la confusión junto con la negligencia de una disciplina espiritual (falta de devocionales y comunión con el Señor).
Este ataque aumentará en los últimos días en contra de todos los cristianos y debemos estar preparados en contra de él.

(d).-La pérdida de visión: Esta es la meta de los dos anteriores dardos... Y obra para aumentar sus defectos. Aquí comenzamos a dudar que Dios nos ha llamado a su obra y que tal vez no servimos ni a nadie le importa nuestra participación. La única manera de navegar a través de esta tormenta es mantener nuestro curso firme. No podemos mantener nuestro curso si no sabemos a donde vamos. No trataremos de mantener nuestro curso si comenzamos a pensar que tal vez nunca debimos haber zarpado. Esto nos hará navegar en círculos e impedir lleguemos a ningún lado.

(e).-La desorientación: Esta es una combinación de la depresión, confusión y pérdida de visión. En este nivel, no solo hemos olvidado nuestro curso a seguir sino que también hemos perdido nuestra habilidad para leer el compás (brújula). Ya no entendemos la Biblia, ya no tiene significado para nuestro corazón, nos parece insípida y sin vida. Es difícil oír la voz del Señor y las predicaciones nos comienzan a parecer irrelevantes. Esta es una incapacitación espiritual total.

(f).- Apartamiento (Aislamiento) Esto viene cuando comenzamos a retirarnos del propósito de nuestro ministerio, de nuestro compañerismo con hermanos de la iglesia y con muchos de nuestros familiares. Este apartamiento resultará en...

(g).-Desesperación: Retirarse de la batalla nos llevará rápidamente a la desesperanza, y sin esperanza podemos ser atacados fácilmente por el enemigo a través de tentaciones, enfermedades o muerte. Aun científicamente está comprobado que cuando una persona no tiene esperanza para vivir, se enferma rápidamente y puede inclusive morir. Con esperanza, hombres y mujeres han vivido aùn cuando han rebasado la expectación normal de vida de cualquier ser humano. La desesperación nos lleva inmediatamente a la DERROTA.

2.-AMALECITAS ESPIRITUALES (EX.17:8-16; Deut.25:17-19)
A través de esta estrategia o maquinaciones podemos observar que nuestro enemigo tiene como principal propósito debilitarnos para que cada vez marchemos más y más atrás, donde él nos podrá atacar mas fácilmente: en la retaguardia.
Los amalecitas representan en la Biblia a Satanás y a sus demonios y una de sus prácticas era atacar a los débiles e indefensos. Cuando Israel cruzó el desierto los amalecitas escogieron a los solitarios y débiles que marchaban hasta atrás del campamento. Esto es lo que el enemigo trata de hacer a través de la hechicería; trata de debilitar a los creyentes para que se queden atrás donde se convierten en una presa fácil para él. Por esta razón se le advirtió a Israel que la guerra contra Amalec sería perpetua. Él rey Saúl cometió uno de sus peores pecados cuando el profeta Samuel le ordenó destruir a Amalec y todo lo que tenía, pero Saúl perdonó. (1Sam.15:1-3. 7-11, 22-23, 26-27).
No fue accidental que haya sido un amalecita el que mató a Saúl y el mismo que llevó esta noticia a David. No puede haber ninguna alianza con el enemigo, ni pactos, ni convenios, ni tomar prisioneros.
Nuestra guerra contra Satanás y sus demonios se acabará cuando Cristo venga y Él mismo le destruya. La hechicería está siendo utilizada contra la iglesia y muchos líderes que han fracasado en reconocer este ataque han sido derrotados, han perdido su visión, su ministerio, sus familias y muchos aun sus vidas.
En Ef. 6:12 la palabra "lucha" en el original griego es "lucha cuerpo a cuerpo". Es la forma más cercana de combatir.
El enemigo va a pelear, va a luchar contra nosotros; si decidimos no luchar, hará con nosotros lo que él quiera. ¿Cómo luchar contra este espíritu de hechicería? Veamos primero el principio básico que se requiere para la victoria de la guerra espiritual.

3.-CAMINO A LA VICTORIA
En Apocalipsis 12:11 se nos revela que los santos vencieron a Satanás:
1) Por la sangre del cordero
2) Por la palabra de su testimonio
3) Porque menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Vencemos por la sangre del Cordero cuando nos mantenemos firmes con respecto a lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. La victoria fue ya ganada por Él y no puede haber manera que perdamos, mientras permanezcamos en Él.
La palabra de nuestro testimonio es la Biblia y cada vez que el enemigo nos ataca debemos responderle como Cristo hizo en el desierto: La espada es la única arma ofensiva descrita en la armadura de Dios. (Ef.6:10-18).
Menospreciar nuestra vida significa seguir a Cristo hasta nuestra muerte, no importando el precio que tengamos que pagar. Hemos sido llamados a cargar nuestra cruz diariamente, a vivir por causa del Evangelio, a hacer todo por causa de Su Nombre, a no vivir ya para nosotros; (Col.2:3; Rom.14:7-9; Mc.8:35-36).
Mientras más vivamos para nosotros mismos y más centrados estemos en nuestra persona e intereses personales, más vulnerables seremos a los ataques del enemigo. Si estamos muertos a este mundo, ¿Qué se le puede hacer a una persona muerta?
A un muerto no se le puede ofender, ni tentar; ni el muerto puede sentir ya temor alguno, ni se puede deprimir, ni ser lastimado. Nadie podrá luchar para ganar si no cree que la victoria es posible. Muchas enseñanzas se han promulgado en el Cuerpo de Cristo (la iglesia) de que la iglesia será derrotada al final. Pero todo el testimonio profético de la Biblia es que el Señor, la verdad, prevalecerá. Satanás será arrojado a la tierra (Ap.12) y vendrá con gran ira y muchos santos morirán físicamente a manos del Anticristo. Pero, sin embargo...¡Ganaremos¡
Cuando las tinieblas comiencen a cubrir la tierra, el Señor manifestará Su gloria a su pueblo (Is.60:1-2). Las tinieblas sólo harán que la gloria de Dios brille más muerte.

4.-RESISTIENDO A LOS DARDOS DE SATANÁS.
(a).-Desánimo: Él desánimo nunca viene ni vendrá de Dios... ¡Recuérdalo¡ Dios es el autor de la fe y de la esperanza que nunca nos desilusionará Dios nos disciplina cuando lo necesitamos, pero nunca nos afligirá con desánimo (St.3:17). Él desánimo nunca se menciona como "la sabiduría que viene de lo alto", ni tampoco es fruto del Espíritu Santo. Debemos aprender a rechazar el desánimo inmediatamente y resistir todos los pensamientos relacionados a él. Debemos resistir... porque seremos controlados y dirigidos por nuestros pensamientos. (Sal.27:13-14).
(b).-Confusión: Recordemos que "Dios no es el autor de confusión" (1Cor.14:33) y lo que te está atacando no proviene de Él. Dentro de muchos ejércitos militares, lo primero que se les enseña a los soldados es saber cómo tratar con la confusión. Casi no existen batallas donde no haya confusión; nada saldrá siempre como se planeó y lo mismo sucede en la dimensión espiritual. El soldado disciplinado que ha comprendido este aspecto de la guerra aprende a usar a la confusión para su propia ventaja. No permitirá que aumente su desánimo, sino que comenzará a anticiparlo buscando una oportunidad para ganar ventaja sobre su enemigo. Debemos esperar y aprender que la confusión forma parte de nuestras batallas y no debemos dejar sentirnos afectados o sorprendidos por ella. Nuestra decisión firme de PARARNOS Y PELEAR disipará rápidamente este Ataque (Ef.6:11-13).

(c).-Depresión: Dios le dio a Caín el mejor remedio para la depresión (Gen.4:6-7). Por causa de que la depresión es usualmente el resultado de permitir desánimo y confusión por alejarnos de nuestra diaria disciplina de leer la Biblia y nuestro tiempo devocional con Dios, el remedio será volvernos a Él con todo nuestro corazón.

(d).-Pérdida de visión: Este ataque también podemos convertirlo a nuestra ventaja y usarlo como una oportunidad. Cuando comiences a perder tu visión, dedícate a fortalecerla y afirmarla.

(e).- Apartamiento: En la resiente Guerra del Golfo Pérsico, la mayor parte de los heridos fueron las reservas o los civiles. El lugar más seguro para estar en guerra era el frente de la batalla. Esto ha sido también la verdad, la guerra espiritual. En frente de la batalla no puedes pedirle al enemigo que detenga la guerra porque te duela la cabeza o porque quieras tomarte un descansito. En el frente tú conoces los peligros y nunca bajarás la guarda. Todo cristiano está en el frente de batalla, le guste o no le guste. Es cuando comenzamos a considerarnos "civiles" y no soldados, cuando nos volvemos vulnerables al ataque enemigo. Tampoco formamos parte de las "reservas". Existen ocasiones en la guerra cuando se necesitan tomar retiradas estratégicas. Existen momentos cuando estamos demasiado cansados por nuestra entrega a la obra de Dios y necesitamos continuamente volver a "cargar nuestras baterías". Pero esto serán excepciones y no las reglas. Cuando nos apartamos por las anteriores circunstancias, debemos arrepentirnos y volver a la batalla. Existe una diferencia entre apartarse y detenerse para arrepentirse. Apartarse trae consigo la derrota; detenerse para arrepentirse es sólo un tiempo de ajuste que nos preparará para victorias futuras (I Cor. 15:57; Rom. 8:37; 2 Cor. 2:14).

(f).- Desesperación: La primera cosa que dijo Dios acerca del varón al principio de la creación fue que: "No es bueno que esté solo" (Gen. 2:18). Somos criaturas sociales y cuando nos apartamos del compañerismo de la iglesia, caeremos en la desesperanza y desesperación. Es en este momento cuando debemos regresar al Señor, a los hermanos y a la iglesia (Ap. 2:4-5).

Que la gracia y la paz de Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo abunde en sus vidas.


1 comentarios:

Nely dijo...

Hola mi nombre es Nely deseo dar las gracias por estos temas, que me estan ayudando en un problema de desánimo total que tengo, gracías porque he aprendido que esto es parte del plan de Dios, que lo que aquí sufrimos es nada comparado con la gloria de Dios. Todo lo pueo en Cristo Jesús que me fortalece. Benditos sean.

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