“Magia” en la Iglesia Evangelica. por Osias Segura

“Si no consideramos la voluntad de Dios, estamos practicando únicamente magia.”
La crisis que vive la Iglesia Evangélica latinoamericana es un reflejo de la crisis que experimenta el cristianismo en general en el mundo. Ayer llenaban los encabezados los problemas éticos de la Iglesia Católica Romana, hoy son los protestantes. Pero vale la aclaración para indicar que en nuestra región aún existen iglesias y curas y pastores fieles al evangelio, a Dios, y a la nación. El problema yace en la inhabilidad de las iglesias para responder de manera relevante a los retos de la sociedad.
Vivimos en una sociedad donde las presiones del materialismo nos agobian. Trabajamos para hacer dinero y gastarlo. Rendimos culto al placer y lo bienes materiales. Algunos, cuando no pueden adquirirlos legalmente, los arrebatan de lo ajeno. Otros comprenden que la satisfacción básica o exagerada de las necesidades humanas no es para todos. Ante tal frustración de las necesidades, la religión y la magia salen a relucir. Es decir, cuando el sistema económico no puede satisfacer las necesidades básicas de prosperar y vivir bien, el instinto humano integra otros sistemas como el religioso mágico.

Cosmovisión y cristianismo. Lo mágico y lo religioso usualmente tienden a mezclarse en uno solo, principalmente para quienes viven en contacto con el mundo invisible. Pero hay diferencias entre esta cosmovisión y el cristianismo. Primero, la magia es la manipulación de fuerzas naturales para desencadenar el poder de las fuerzas supernaturales para provecho propio. Segundo, dentro del cristianismo, en vez de magia, hablamos de la oración: actividad espiritual en la que sometemos nuestra voluntad y deseos humanos a la voluntad de Dios. Es decir, en la magia se procura manipular la voluntad de Dios, mientras que en la oración se somete la voluntad humana a la divina. Cada vez que queremos que Dios haga algo, sin considerar su voluntad, estamos practicando magia.
Ahora, hay personas que utilizan la oración con propósitos mágicos. El caso de los medios de comunicación cristiana que hoy están bajo ataque por su ética financiera: cada vez que prometen bendición, milagro y sanidad a cambio de una donación están practicando magia y no cristianismo. ¿Cómo podemos garantizar algo que solo Dios en su infinita sabiduría sabe otorgar?
Todos aquellos que prometen tal prosperidad deben o están obligados a ser prósperos para dar el ejemplo. El hecho de que Dios les haya hecho prosperar puede ser cierto. Pero que se hayan enriquecido más de lo necesario es poco ético. Por ello manejan sus iglesias con estructuras de liderazgo tipo militar, utilizan un estilo de administración de empresas en la iglesia y ponen un fuerte énfasis sobre la divinidad del líder, que puede funcionar como pastor, profeta, o apóstol.
Abuso espiritual y psicológico. Por tanto, no podemos hablar solo de ganancias mal habidas en algunos líderes evangélicos, sino también de abuso espiritual y psicológico sobre personas que en su mayoría desean prosperar, o prosperar aún más. Estos líderes, para lograr su abuso, utilizan una interpretación muy individualista de las Escrituras (la mayoría no han tenido acceso a estudios teológicos formales), un subjetivismo exagerado (Dios me ha revelado…), una guerra espiritual en la que son expertos chamanes y, finalmente, predican una fe centrada más en sí mismos que en la voluntad de Dios.
Tristemente, la naturaleza humana a ratos nos traiciona y nos lleva a cortar esquinas. A muchos les gusta un cristianismo light de pocas exigencias morales y muchos privilegios materiales. Cada vez que se pretende de manera “barata” y ligera fundar un ministerio cristiano, donde el carisma del líder y no el de Cristo genera el centro de atención, aparecen al poco tiempo problemas de ética financiera, exceso de autoridad y abusos sexuales.
Fuente: http://www.nacion.com/ln_ee/2005/junio/03/opinion5.html

0 comentarios:

Publicar un comentario